Imagina entrar en un espacio donde, por primera vez, puedes contar tu historia sin filtros ni juicios. Un lugar que no es mágico ni inmediato, pero que sí te acompaña a comprenderte y reconstruirte. Ese lugar es el proceso de psicoterapia. Y lejos de ser algo rígido, es un camino humano y dinámico, pensado para ayudarte a recuperar movimiento en tu vida cuando te sientes bloqueado o atrapado.
¿Qué es la psicoterapia?
Una consulta psicológica suele ser breve, orientada a evaluar y orientar. La psicoterapia es un conjunto de intervenciones profesionales organizadas teóricamente que buscan promover cambios en pensamientos, emociones y conductas que generan sufrimiento o limitan el bienestar. No es “charlar con un amigo”: está basada en teorías psicológicas y técnicas con evidencia científica, y su núcleo es la relación terapéutica sostenida en el tiempo. Existen muchísimos modelos (conductual, cognitivo, humanista, sistémico, psicoanalítico, entre otros) y cada uno aporta conceptos y técnicas diferentes para trabajar problemas concretos.
Diferencia entre consulta psicológica y psicoterapia
Una consulta psicológica puede ser puntual: evaluación, orientación o manejo breve de una dificultad concreta. El proceso de psicoterapia implica un compromiso temporal más prolongado y un plan de intervención para lograr cambios duraderos. En la psicoterapia hay una construcción conjunta de hipótesis sobre la problemática, intervención estructurada y seguimiento de resultados; la consulta podría limitarse a dar pautas iniciales o derivar a tratamiento. Benito discute la necesidad de distinguir claramente qué se ofrece y que las intervenciones estén respaldadas por teoría y evidencia.
Las etapas y fases del proceso de psicoterapia
Aunque cada proceso es único, suelen reconocerse fases que ayudan a orientar expectativas:
-
Inicio y evaluación
Aquí te escuchan: se recaba la historia, motivos de consulta y expectativas; se evalúan síntomas, recursos y riesgos. Se suele acordar un encuadre (frecuencia de sesiones, duración aproximada, confidencialidad). Es frecuente sentir alivio al ser escuchada por primera vez.
-
Comprensión y formulación (comprensión y explicación)
Terapeuta y paciente trabajan para construir un “mapa” del problema: ¿qué significa el síntoma?, ¿qué función cumple en la vida de la persona? Cionini y Provvedi describen esta fase como una alternancia entre actuar de “investigador” (explicar) y de “narrador” (comprender). Es ahí donde emergen hipótesis compartidas que orientan la intervención.
-
Intervención y cambio (cómo funciona la psicoterapia / cómo funciona la psicoterapia)
Se aplican técnicas concretas según el modelo (p. ej. reestructuración cognitiva, exposición, ejercicios experienciales, trabajo sistémico). Es normal que la mejoría no sea lineal: aparecen avances, estancamientos y ajustes al plan. Lo importante es que las intervenciones se orienten a metas concretas.
-
Consolidación y cierre (objetivos de la psicoterapia)
Se revisan los logros, se planifica la autonomía y se acuerda seguimiento. El objetivo no es “dejar de sentir” sino ganar herramientas para manejar la vida con más flexibilidad. Cionini & Provvedi resaltan que el cierre implica una relectura de la historia personal y una aceptación transformadora.
Cómo funciona el proceso de psicoterapia: la dinámica entre comprensión y explicación
La terapia es un diálogo especializado. Según Cionini y Provvedi (2006), el paciente alterna entre ser “narrador” (compartir vivencias y sentido) y “investigador” (analizar causas). El terapeuta primero busca comprender desde el universo del paciente y, a partir de esa comprensión, propone explicaciones profesionales y experimentos terapéuticos. Esa alternancia crea una co-construcción que permite invalidar explicaciones rígidas y generar otras más útiles para la acción. En términos prácticos: no basta con entender intelectualmente por qué algo duele; el proceso implica sentir, probar nuevas respuestas y ver cómo cambian las consecuencias en la vida cotidiana.
Objetivos del proceso de psicoterapia
Más allá de disminuir síntomas, el proceso de psicoterapia suele tener objetivos profundos y operativos:
- Incrementar la metacognición: aprender a observar tus propios procesos mentales y emocionales.
- Aumentar la flexibilidad estructural: poder elegir respuestas distintas ante situaciones similares.
- Integrar dominios cognitivos y afectivos: que pensamientos, emociones y conductas se comuniquen mejor entre sí para tomar decisiones coherentes.
- Generar cambios mantenibles en el tiempo: consolidar recursos y estrategias que perduren más allá de la terapia.
¿Quién puede proporcionar sesiones de psicoterapia y apoyo psicológico?
Es fundamental que la persona que te atienda sea psicólogo/a o psiquiatra con formación en psicoterapia y actualización constante. Benito (2009) insiste en que, para garantizar calidad, la práctica debe basarse en evidencia y supervisión ética. El apoyo psicológico, en cambio, puede ser más breve y centrado en contención, pero no reemplaza la psicoterapia.
Una experiencia inspiradora: del apego al desapego de tus síntomas
Muchas personas temen perder “quiénes son” si cambian. El caso clínico que cuenta Cionini y Provvedi (2006), muestra que comprender y aceptar los propios síntomas como parte de la identidad, para luego transformarlos, es un paso clave. La psicoterapia no te quita partes de ti: te ayuda a reordenarlas y darles sentido.
El proceso de psicoterapia es, en el fondo, un viaje de autoconocimiento con acompañamiento experto: no promete soluciones instantáneas, pero sí ofrece un marco seguro donde explorar, experimentar y transformar. Si estás pensando en empezar, recuerda: la elección del profesional, la claridad del encuadre y la disposición a probar caminos nuevos son los mejores aliados.
Referencias
- Benito, E. (2009). Las psicoterapias. PSIENCIA. Revista Latinoamericana de Ciencia Psicológica, 1(1), 1-9.
- Cionini, L., & Provvedi, G. (2006). Comprensión y explicación en el proceso psicoterapéutico: la co-construcción de la “lógica” del síntoma por parte del paciente y del terapeuta. Revista de Psicoterapia, XIV(56), 49-62.





